lunes, 19 de abril de 2010

Tocar el Cielo


Me largo, no me importa tu vida, me llega al pincho, estaré lejos de aquí.
Matías  cantaba eufóricamente, el chino tuvo que quitarle los audífonos para repetirle la pregunta.
-            ¿Oye,  y tú vas?
-            Fácil huevón, pero solo a ver porque me cago de miedo.
-            Ya, ¿y carloncho ira?
-          No mejor ni hay que decirle porque esta tan depre que es capaz de tirase sin cuerda.
Ambos y rieron y continuaron caminado.
Carlos y Elizabeth habían tenido una relación de casi un año, antes de meterse con ella, carloncho era un patita tranqui y normal; ahora es un caso perdido, con ella una experta consumada aprendió de todo y se sumergió por primera vez en un mundo de sexo salvaje, drogas hardcore, música excéntrica e ideas radicales.
Lo había cagado al pobre, ya ni se juntaba con nosotros, prefería stonearse con ella, pasar días enteros tirándosela en su departamentucho de Miraflores, amanecer sin zapatos en un parque cerca de barranco, descuidar tanto su aspecto que hasta los viejos de el peor de la clase lo consideraban un mal ejemplo.
Asi había cambiado carloncho, en menos de un año.
Y ahora estaba peor que nunca solo el deseo de morir constantemente lo mantenía vivo, Elizabeth cambio de idea un día para el otro, exprimió tanto a Carlitos que no quedo de el ni los rastros de la expresión patética que la conmovían y alentaban a corromper enseñándole lo bueno de la vida. Así que una de tantas mañanas lo despertó con un lo siento pero ya no puedo mas, esto fue bonito mientras duro, goodbye.
Entonces volvió a buscarnos, comenzaron las lamentaciones los yo no me imagino mi vida sin ella, porque porque tuvo que dejarme, se echó al completo abandono.
Ya no parecía humano, era un guiñapo de ilusiones vacías, sueños rotos y pena ajena; un alma fracturada, no quedaba más que hacer por Carlitos que enterrar su cuerpo para que descanse, porque el olor a muerto que expedía su podredumbre intempestiva ya nos comenzaba a joder a todos.
El chino era el que mas cólera hacia, si pues ahorra vuelve como un perro arrepentido tremendo emo de porquería, no, muchachos esta siendo hipócrita , nos mando al carajo por una puta loca de mierda, hay que darle la espalda como nos la dio a nosotros.
A veces, a veces escuchaba que carloncho lloraba como una hembrita, entonces iba y lo consolaba, el chino solo habla porque esta asado, sabes que cuentas con nosotros carloncho.
Gracias, gracias Mati, solo tu me entiendes, decía entre sollozos mientras se limpiaba los mocos con la manga de mi casaca, ptm que asco.

 Matías y el chino seguían caminando, Matías entonaba apasionadamente  en voz alta las canciones que escuchaba en su reproductor, si tu no estaaaas un vacio en mi interior, si tu no estas la soledad es la pasión, Al chino le daba vergüenza ajena, así que le volvió a sacar los audífonos.
-            ¡¿Que mier…?!
-            ¿Como vas en la u?
Matías paso saliva y agacho la cabeza.
-            Ya sabes huevón, mal…cagado.
Es verdad estaba cagado, al grado que algunos profesores  me pidieron que me retire de sus materias para no afectar el promedio general y que no les den una amonestación; el departamento de psicología y bienestar me cito varias veces con el motivo de indagar que me había pasado, porque había bajado tanto, soy descuidado simplemente, no tengo otra excusa, este semestre me relaje, y obvio mi mama pobrecita no sabe, si se entera me mata… pobrecita mi madre.
-         – Ponte las pilas pues
El chino me sonrió con esa sonrisa tan bonita que tiene, que homosexual soy al reconocer esto, pero es verdad.
El chino es una de esas personas que conoces y al toque te caen bien , un pata de putamadre  siempre molestándonos a todos, llamando la atención y haciendo huevada y media, el payaso del grupo, el mas atrevido.
Siguieron caminando y se toparon con Daniel.
-            Hola bro, ¿vas el sábado?
-            De todas
-           Nos vemos allá entonces
-           Chau
Matías se quedo imbécil y después de que Daniel se fue le encaro al chino:
-            ¿Como se te ocurre invitar a ese huevón?
-            Tranquilo lo hice por cortesía, además acuérdate que es del grupo y es pata…
Lo que pasa con Daniel es que me da miedo, así es, nos cayó bien y se metió al grupo porque era amigo de una ex del chino, es un pata callado, que se viste de negro y escucha trash metal con tendencias medio satánicas pero buena gente, te presta para tu pasaje, te pasa las respuestas, te ayuda.
Pero un día el chino me conto que llego a su casa, entro sin avisar a su cuarto y lo encontró destazando a un perro, mientras escuchaba su estruendosa música, se embarraba con la sangre.
El chino casi se hace la pichi de miedo ¡carajo estas enfermo! Y se largo inmediatamente.
Después Daniel lo fue a buscar y a disculparse, le dijo que era para hacer un video con unos amigos, que el perro ya estaba muerto se lo presto una amiga de veterinaria, y estupideces así, el chino como que se lo quiso creer pero desde entonces yo procuro ya no hablarle a ese loco.
No es fácil pensar en cada anochecer quizá mañana no salga el sol
Matías se despidió del chino  y continuo cantando mientras caminaba por la calle, a todo volumen.
                                                  --------------------------------
Ya era sábado, los chicos encargados del puenting llegaron con los equipos y se instalaron esperaron casi media hora hasta que se aparecieron Matías y el chino, un poco después llego Daniel y finalmente arribó Carlos.
Todos tenían algún tipo de sustancia encima, ya sea alcohol o algún tipo de droga y alucinógenos, para darse ‘valor’, estaban nerviosísimos.
-            Muy bien ¿Quién ira primero?

Matías se acerco a la baranda del puente sobre el acantilado y hecho una vista abajo,  repentinamente sintió como unas dosis de pequeñas descargas eléctricas transportadas por hormiguitas le comenzaron a subir, desde el extremo de la mínima fibra de su dedo del pie hasta la ultima fibra del pelo de su cabeza.
Estaba ahí, el vértigo lo invadió, inmediatamente retiro la vista, sus ojos entonces se posaron abruptamente sobre Daniel que también observaba el vacio con una mirada perdida pero una expresión serena.
Gente como este huevón me enferma… no debería existir, es un potencial asesino, un demente
Sus pensamientos quedaron interrumpidos por el grito que pego el chino

-           Que chu…  ¡yo voy primero!
Los encargados comenzaron a colocarle el arnés al chino, primero una especie de suspenso para las piernas, luego un arnés que era ajustado y sujetado a la medida de su anatomía y enganchado al pecho por  una cuerda principal.
Si lo empujara ahorita mientras observa por la baranda, no le haría más que un favor al mundo y a esta cochina sociedad, seria cuestión de segundos, no seria más que un accidente, quise asustarlo y perdió el equilibrio…
El chino ya estaba listo para saltar, los encargados se quedaron dándole las últimas indicaciones, y Matías estaba listo  para cometer su fechoría, se acerco poco a poco pero Daniel le clavo los ojos encima antes de que estuviera demasiado cerca.
-            No hace falta que lo intentes, igual yo pienso saltar sin cuerda
-           Jajá, ¿de que hablas loco?
Matías se dio media vuelta y se sintió entre avergonzado y ansioso, las manos le sudaban frio
Puta, que imbécil soy, es verdad, de repente el que se debe matar soy yo, soy una basura , un vago borracho y fumón, todos saben que mi futuro es incierto, nadie da ni diez míseros sentimos por mi, quizá lo mas razonable es acabar con todo esto , tratando de tocar el cielo que nunca alcanzare…
Matías de verdad lo estaba pensando, ahora observaba el vacio con una mirada perdida y una expresión serena justo como Daniel.
El chino estaba a punto de dar su salto, concentrándose y respirando hondo.
Los pensamientos de todos quedaron interrumpidos una sombra en forma de ángel se reflejaba desde el fondo del acantilado, era Carlos se paro en el borde de la baranda y extendió los brazos
-            ¡No sentiré caer al vacio, muy pronto estaré con los míos!
Instintivamente Matías y Daniel corrieron y lo bajaron de un tiron, otros dos de los encargados se le tiraron encima.
-            !sujétenlo ¡
-              ¡Suéltenme! ¡suéltenme! Ustedes no entienden, este es mi destino, ¡me voy por siempre para estar contigo!
Entre los cuatro lograron retenerlo, Daniel y Matías se miraron angustiados y a través de este intercambio por primera vez se reconocieron iguales, cada uno leyó en los ojos del otro el miedo a la muerte, pero esta comunión de almas fue cortada de un tajo, un grito desgarrador enmudeció a todos y después el horripilante eco de un golpe seco, todos voltearon a mirar.
Increíblemente la cuerda del chino se había roto.


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