lunes, 22 de agosto de 2011

Biografias

Me siento a leer a arguedas, busco un consuelo de sombra bajo un arbol a estas horas de la mañana, el sol me entibia la morena epidermis, pero me marea; la sombra reconforta pero a la vez me cubre de frio, solo en esta ciudad puede sentirse asi. Las hojas crujen al caer junto a mis pies y el anciano de la municipalidad las barre inmediatamente ¿debo pararme? no, no. Asi esta bien.  el perro sigue ladrandome incesantemente, la camioneta permanece estacionada y el Huachiman sigue sentado solitario en esa esquina, me observa leer de a ratos, que chica tan rara debe estar pensando, me hace recordar al colegio, cuando me abstraia en la obra de Sartre y en mi mp3 sonaba Yann Tiersen, que chica tan rara habran pensado todos, pero trataba de ocultar mi sensibilidad lo mejor posible, mis ratos de rareza brotaban cuando escapaba al baño a escribir en hojas arrancadas todo lo que me pasaba por la cabeza, jugaba a arrancarme los pensamientos mas locos y criminales, era gratificante.
Luego lo imagino a Él ,despreocupado, sentado divagando, flotando entre notas y esperando el receso por un cigarrillo, no consigo imaginarlo muy nitidamente, quiza era porque la mayor parte del tiempo su pupitre estaba vacio, invento que realizan una biografia de los dos, donde nuestros alguna vez profesores de colegio pugnan por aparecer y dar declaraciones sobre lo brillantes que eramos en la escuela y como descubrieron un diamante en bruto, un talento insospechado en nuestra revelacion, infelices que jamas recordaremos (salvo algunos) infelices que jamas se tomaron la molestia de mirarnos bien a los ojos, por eso recreo ahora otra historia de mi infancia, transcurre por las callecitas de San Blas, bajando a prisa vereditas estrechas con mi mochila a cuestas, agitada y con mis cachetitos quemados por el frio, donde lo mas importantes era contemplar el ocaso desde el lugar preciso, jugar con algun perro pulgoso y bonachon o encontrar a modo de tesoro alguna piedrecilla con morfologia extraña.
pero si mi infancia hubiera sucedido en el barrio cusqueño de San Blas, probablemente no le hubiera conocido y no hubiera habido de quienes hacer biografia, seria tragico no poder compartir la parte que relata nuestro romance , sin duda la mas intensa, de como dos seres tan peculiares se unieron en el camino que lleva a otros cien caminos mas, ademas no cambio por nada el color del sol que baña la tarde en esta ciudad, no cambio por nada no haber renunciado a nuestra naturaleza lobuna, no cambio por nada tomarte de la mano al morir el dia.

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